Cipriano Mera Sanz nació en Madrid el 4 de noviembre de 1897 y falleció en Saint-Cloud el 24 de octubre de 1975. Recientemente se ha reeditado su biografĆa gracias a la Fundación Emmanuel Mounier. Queremos destacar su figura dentro de la historia del movimiento obrero espaƱol y lo hacemos con la introducción que escribió JuliĆ”n Gómez del Castillo cuando se publicó por primera vez esta biografĆa en la editorial Voz de los sin voz.
Cuando en la primera mitad de los sesenta me hice cargo de la presidencia de la «Editorial ZYX», a los ocho dĆas de salir su primer libro, -lleguĆ© al cargo porque no lo querĆa nadie- dialogando con el doctor Gregorio Ramón, catedrĆ”tico de QuĆmica orgĆ”nica de la Universidad Complutense de Madrid, depurado por el general Franco, sobre nuestra Guerra Civil, -Ć©l la habĆa vivido en Madrid y yo, primero en Cantabria y luego en Valladolid- salió insistentemente en nuestras conversaciones el nombre de Cipriano Mera, por quien los dos tenĆamos una fuerte admiración humana, aunque ninguno de los dos fuĆ©ramos anarquistas. El me insistió mucho en que se diera a conocer, en el plano popular, la vida de este militante obrero. Hoy, treinta aƱos despuĆ©s de aquellas conversaciones, su recomendación se hace realidad. Y es que lo mismo que «Editorial ZYX» colaboró a hacer posible que la sociedad espaƱola recobrara la conciencia histórica del movimiento libertario y, en general, del movimiento obrero, «VOZ DE LOS SIN VOZ» intenta cubrir el objetivo que indica su nombre, haciendo llegar a las jóvenes generaciones la situación de los desheredados de la tierra y el conocimiento de las vidas de los grandes constructores del imperialismo que actualmente gobierna el mundo y de los grandes luchadores que se enfrentaron a esta injusticia.
Cipriano Mera forma parte, por derecho propio, de estos Ćŗltimos, aunque ni el Madrid democrĆ”tico formal de hoy o de ayer, con alcaldes democristiano o socialdemócratas, se lo haya querido reconocer, intentando hacer olvidar y que se ignore, que Cipriano Mera impidió que Madrid se convirtiera en un montón de escombros al final de la Guerra Civil, por decisión del Partido Comunista de EspaƱa, que deseaba que Franco la convirtiera en ciudad mĆ”rtir, para utilizarla Ć©l, internacionalmente, como bandera polĆtica. Una parte del Cuerpo de EjĆ©rcito de Guadalajara, al mando de Cipriano Mera, dio la batalla a los comunistas en las calles de Madrid e impuso la decisión de la Junta de Defensa, contra la opinión del PCE. AlgĆŗn dĆa, el Ayuntamiento de Madrid, harĆ” justicia a este luchador del pueblo.
ConocĆ a Cipriano Mera en ParĆs en 1970. HabĆa ido a Suiza a dar unos cursillos sobre militancia obrera cristiana a trabajadores emigrantes. Al finalizar, me desplacĆ© a la capital francesa sabedor de que Mera guardaba su «Diario de CampaƱa», con el objetivo de ver si estaba dispuesto a que se publicara en La «Editorial ZYX».
Mera tenĆa un gran aprecio de nuestra editorial. SistemĆ”ticamente habĆamos ido publicando obras libertarias y, meses antes, habĆa aparecido la «Historia del anarcosindicalismo espaƱol», escrita, por iniciativa mĆa, por Juan Gómez Casas. El Ć©xito editorial de esta obra habĆa sorprendido a toda la oposición antifranquista; a unos, los promarxistas, desagradablemente, hasta el extremo de llevar a Alfonso Carlos ComĆn y a Ramón Tamames a visitar a Teófilo PĆ©rez Rey, consejero de ZYX, para que procurara que esta «Editorial» dejara de publicar libros anarcosindicalistas; a otros, los anarcosindicalistas y autogestionarios, agradablemente, aunque nunca se explica ron ni se explican hoy, que en una «Editorial» de militantes cristianos se publicaran continuamente las obras de todas las corrientes que habĆan hecho posible el movimiento obrero.
Nuestro biografiado nos recibió con toda naturalidad. HabĆa sido informado de nuestra visita por JosĆ© Peirats y Juan Gómez Casas. Su vivienda era la adecuada de aquella sociedad para un albaƱil; pequeƱa, sin los servicios sanitarios decentes de hoy, limpia y cuidada por la compaƱera de toda la vida de Cipriano. Nos invitaron a cafĆ© y comenzó un largo diĆ”logo de varias horas. Nos acompaƱaban dos jóvenes libertarios que en ningĆŗn momento dijeron ni una palabra.
El diÔlogo transcurrió sobre cuatro puntos:
- La Iglesia y los cristianos, ayer y hoy.
- La militancia y el movimiento obrero, en la historia y hacia el futuro.
- Posibilidades de la autogestión en el futuro de España.
- El «Diario de CampaƱa».
¿Por quĆ© fue el tema de la Iglesia el primero?. Estimo, como indiquĆ© anteriormente, que para toda la oposición y exilio de izquierda, socialistas, comunistas y anarcosindicalistas, nunca les fue fĆ”cil entender lo que era la «Editorial ZYX», y creo, a juzgar por sus escritos, que nunca lo entendieron. La identificación Iglesia-derecha polĆtica, para ellos era absoluta y lo tenĆan como algo indiscutible. Que militantes obreros cristianos nos hubiĆ©ramos opuesto al franquismo, de forma organizada, desde 1943, no les cabĆa en sus anĆ”lisis. Tuñón de Lara escribirĆa despuĆ©s que ya colaborĆ”bamos con la guerrilla, en Extremadura, por aquellas fechas, lo cual no fue verdad. Pero si lo era que habĆamos iniciado la militancia obrera antifranquista, aunque por distintos caminos, es decir, siendo conscientes de que la Guerra Civil y la represión franquista posterior habĆan aplastado la militancia obrera y era necesario iniciar una nueva promoción militante. Y lo hicimos por los cauces históricos del movimiento obrero de pobres del siglo XIX y no lo han entendido. Hasta este extremo se creyeron ellos monopolizadores del movimiento obrero.
Tras los saludos, Cipriano se creyó en el deber de aclarar nuestra posición cristiana y nos sometió a una serie de preguntas sobre el tema: «¿Usted es cristiano de los que van a misa?». Si. «Pero ¿a esas misas que el cura se pone ropas raras?». Si. «Esos siempre han sido de derechas... ¿Cómo pueden ustedes lanzar y sostener la editorial mĆ”s revolucionaria de EspaƱa?». Porque no somos de derechas ni lo hemos sido nunca.
Entonces vinieron a nuestra mente unas palabras de monseƱor Moro Briz, obispo de Ćvila, pronunciadas en 1949: «El primer gran bien que podĆ©is hacer a la Iglesia es acabar con su identificación con la derecha polĆtica». Mera empezaba a entenderlo 20 aƱos mĆ”s tarde.
Entierro de Cipriano Mera Sanz
«¿Ustedes creen en Dios?». Es la razón de ser de nuestra vida militante por un mundo sin opresores ni oprimidos, le respondimos, y entramos con ello en el diĆ”logo sobre la explotación del hombre por el hombre en la sociedad imperialista salida de la II Guerra Mundial. El punto se centró sobre la ciencia y la tĆ©cnica. El, como dĆas antes JosĆ© Peirats, ponĆan mĆ”xima esperanza en el progreso cientĆfico-tĆ©cnico que, aceptando su servidumbre actual al imperialismo capitalista, llegarĆa el momento en que se rebelarĆa contra Ć©l. Fue inĆŗtil manifestarle razonablemente nuestro desacuerdo. Estaba muy próximo el mayo del 68 con los estudiantes dominando ParĆs. El tenĆa tanta esperanza en ellos como nosotros en los empobrecidos del Tercer Mundo. 25 aƱos mĆ”s tarde nuestra tesis sigue en pie, ¿seguirĆa la suya?.
La «Conferencia sobre población» que se acaba de inaugurar en El Cairo, para nosotros hecho clave en el dominio imperialista del mundo, en el que se pretende negar a los empobrecidos su responsabilidad en el procrear, en nombre del desarrollo de sus pueblos, pero sin tocar para nada los indispensables cambios en el sistema económico, tanto en lo financiero, como en lo comercial y en lo tecnológico, no sabemos lo que representarĆa para Ć©l. Pero esta «Conferencia» destinada por sus inspiradores al control poblacional de los paĆses empobrecidos, ha comenzado silenciando a los pueblos del mundo:
- Que la superpoblación se da mÔs en la Unión Europea que en el Tercer Mundo.
- En los últimos 50 años el PIB mundial se ha multiplicado por 7, pasando de 3 billones de dólares a 22; mientras la población mundial ha pasado de 2.500 millones a 5.500 millones, lo que triplica la renta por persona.
- En 1960 Corea del Sur tenĆa 25 millones de habitantes, cinco menos que EspaƱa. En 1992 eran 44 millones, en un territorio 5 veces menor que el espaƱol. El Indice de Desarrollo Humano, en ese tiempo, pasó en Corea de un 0 ’398 a un 0 ’859, mientras el espaƱol pasó de un 0 ’636 en 1960 a un 0 ’888 en 1992.
- James P. Grant, director ejecutivo de UNICEF ha dicho: «Los progresos contra las principales causas de mortalidad infantil en el mundo moderno siguen constituyendo, en gran parte, una historia silenciada». ¿Por quĆ© es silenciada?. Porque interesa sostener y aumentar el «coco» de la superpoblación, antes que la superpoblada (?) Unión Europea se vea precisada a promover la natalidad con fuertes subvenciones a la misma, y esto, sucederĆ” en los próximos 10 aƱos.
No existe el problema de la superpoblación, existe el injusto y gravĆsimo de la distribución de la riqueza, pero de eso no quieren hablar ni los socialistas, ya que sus «Ć©lites» han entrado en las minorĆas enriquecidas y estas no pueden existir mas que fabricando empobrecidos. Esto es lo que trata de afirmar la «Conferencia» de El Cairo hasta con el aƱejo y supercapitalista principio de propiedad privada concedida a la madre sobre el hijo. El socialismo oficial vende asĆ hasta el principio de Saint Simon, de hace 150 aƱos, que sostenĆa que las nuevas tĆ©cnicas permitĆan que la producción creciese por encima del aumento de necesidades.
No coincidimos con Mera en quienes constituyen hoy la fuerza revolucionaria del mundo; para él, la generalización de los estudios universitarios; para nosotros, los empobrecidos del Tercer Mundo en colaboración con núcleos cristianos y de personas de buena voluntad que entiendan que la humanidad serÔ solidaria y autogestionaria, o no serÔ.
Desde ahĆ orientĆ”bamos nosotros la autogestión en el futuro de EspaƱa e intentamos explicar nuestra tesis con base en la unión de todo el sindicalismo autogestionario y la exclusión del autoritario. Mera manifestaba su absoluta concordancia y fue largo y esperanzador este punto. Pocos aƱos despuĆ©s escucharĆamos a Diego Abad de SantillĆ”n la misma tesis. ¿QuĆ© sucedió pocos aƱos despuĆ©s para que esto sólo lo intentara el Movimiento Obrero Autogestionario?. Creemos que los sectarismos ideológicos lo impidieron. Triunfó la tesis de unir a cada sindicato con un paralelo polĆtico que le dirigiera, y las consecuencias estĆ”n ahĆ; el movimiento sindical unitario dejó de ser una posibilidad; el patrimonio económico obrero, la primera fuerza económica de EspaƱa, se entregó al Estado. La democracia, AUTOGESTIĆN si es verdadera, dejaba de ser posible a plazo corto y triunfaba el caciquismo partidario de la democracia formal y burguesa. El imperio dominaba EspaƱa desde el poder y la oposición.
DespuĆ©s de horas de conversación llegó la despedida Cipriano y un servidor nos abrazamos largamente y lloramos juntos. Emocionado, me dijo: «Con cristianos asĆ la Guerra Civil no hubiera existido. LlĆ©vate mi 'Diario de CampaƱa’. Se lo he negado al enviado de Emilio Romero que me ofreció una gran suma. Publicarlo vosotros, no cobro nada». Me recordó el gesto de Dolores CebriĆ”n, viuda de JuliĆ”n Besteiro, cuando nos dio, para publicarlo, el libro de su marido «Marxismo y antimarxismo», en las mismas condiciones. El «Diario de CampaƱa» de Cipriano Mera nunca se publicó en ZYX porque los politiqueros promarxistas lo impidieron aduciendo que el nĆŗmero de publicaciones libertarias duplicaban el de las marxistas; exactamente, en aquellas fechas, la realidad era la contraria, como asĆ demostraba el estudio que se hizo y que ellos impidieron que la Asamblea de ZYX conociera.
Le pedĆ a Mera un Ćŗltimo recuerdo: que me contara el hecho de solidaridad mĆ”s importante que sus compaƱeros mejores hubieran tenido con Ć©l. Me respondió: «Espero morir pronto y que la tierra me dĆ© el calor que me negaron mis mejores compaƱeros». Emocionados los dos, le respondĆ: «Ese calor que esperas de la tierra, yo le llamo Dios. Lo tendrĆ”s.». «El Dios en que tĆŗ crees, yo tambiĆ©n creo», respondió Ć©l.
Que estas pinceladas de una larga y corta entrevista te animen, joven militante, al saber que ademƔs de la estupidez consumista actual, los hombres solidarios siempre nos encontraremos con un Dios que es SOLIDARIDAD.
JuliÔn Gómez del Castillo
Responsable de Voz de los sin Voz
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