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Colección "Lee y discute". Serie V. Nº 48 Gustavo Gutiérrez |
Los últimos años de América Latina se caracterizan por el descubrimiento real y exigente del mundo del otro: el pobre, la clase explotada. En un orden social hecho económica, política e ideológicamente por unos pocos y para beneficio de ellos mismos, las clases populares marginadas y oprimidas desde siempre, comienzan a hacer oír su propia voz. Comienzan a ser cada vez menos objeto de manipulación demagógica, para convertirse en sujeto de su propia historia y forjar una sociedad radicalmente distinta.
Desde hace años, un creciente número de cristianos participa en ese proceso revolucionario y a través de él en el descubrimiento del mundo de los explotados. Este compromiso da lugar a una nueva manera de ser hombre y creyente, de vivir y pensar la fe. Ese compromiso señala una línea divisoria entre dos experiencias, dos tiempos, dos mundos, dos lenguajes en América Latina y, por consiguiente, en la Iglesia.
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