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| Serie S. Nº 41 Manuel Pacheco |
"Tengo muchos amigos por todo el mundo, me los hizo la poesía". Esta frase podría ser una buena definición de la poesía intencionada de Manuel Pacheco, que lleva sabor de cordialidad, humanidad. Hay personas, que, no obstante, se sentirán rechazadas por la intención que como cuchillo afilado, corta y rasga en nuestro interior. Y no es que su poesía sea tremendista, sino que un "libro donde escribe la vida sus resonancias", desgraciadamente tiene que aparecer manchado.
Es pues, la poesía de nuestro autor esencialmente humana, canta al hombre, que vive, que trabaja y ama, pero especialmente al hombre que sufre, "que se dobla y lleva una herramienta entre sus manos y que pudre sus espaldas de tierra, sus cabellos de polvo y sus manos de callos". En resumidas cuentas, es el grito alado de un profeta, desde la oscuridad de su tierra extremeña, contra la injusticia y el padecer del hombre en el mundo "encerrado en una redoma de acero".
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